La gala central por la fundación de este municipio, en verdad fue una gran fiesta, como lo hubiese querido Orlando Concepción Pérez, memorable figura de la localidad, a quien por la obra de toda su vida, es dedicada esta semana de la cultura.
Yilian González Salgado y Yisel González Salgado (Periodistas)
Un dúo de declamadores y el grupo “Yo teatro”, se hicieron eco del recuerdo de costumbres, tradiciones, valores culturales, que hizo a cada participante sentirse orgulloso de pertenecer a la “ciudad del cítrico”.
La gala central por la fundación de este municipio, en verdad fue una gran fiesta, como lo hubiese querido Orlando Concepción Pérez, memorable figura de la localidad, a quien por la obra de toda su vida, es dedicada esta semana de la cultura.
Varios números artísticos dieron color a la celebración. Si de bailes hay que hablar, tenemos que decir que fue un éxito el popurrit de las Brack, mientras el grupo Aires, con su rumba son, se llevó la aceptación y el aplauso de todos.
Lo sucedido en la gala había que vivirlo como mismo sentía el metal altisonante aquel muchacho de la batería del grupo Trova Dura, que brilló como quiso.
El público se deleitó además, con la misma “Yolanda” de Pablo Milanés, que esta vez fue interpretada por el quinteto Crechendo.
El tema “pica pica” del conjunto de cuerdas, fue digno de ovación, así como las interpretaciones de Deybi Bárzaga, la solista Yuliennis y el trovador Rafael Moreno.
Fueron muchas las emociones, lo sabe Guillermo Sánchez, él cantó, del colombiano Juanes, “La camisa negra” y la suya llevaba el mismo color.
Eso es ingenio, señores, ¡ingenio!, como el de Dianelis Santos que movió la sensibilidad del público con el Basta ya de Olga Tañón que hizo suyo.
Los locutores Maiquel Ricardo Sánchez y Dairis Ávila mostraron una conducción de lujo, manifestando en cada parlamento, destreza profesional, e igualmente orgullo de nacer del río que nos nombra, donde “el Apóstol limpió su cuerpo y alimentó su espíritu”.
Sulema Rodríguez, directora artística y comandante de la actividad, respiró profundo en los minutos finales de la fiesta que comenzó a las 9 de la noche.
Alrededor de una hora y media, estuvo ahí el auditorio agradecido con semejante espectáculo, merecedor también del abrazo acogedor y los aplausos.
El mismo público, nos caracteriza y es que gala y su gente no podían ser de otro modo, porque eso es Contramaestre: alegría, gozo, maestría, gente sencilla, de pueblo, que está para cantar y bailar. Y es que no lo digo yo, lo dice Eduardo Sosa, ¡Contramaestre tiene su son!
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